stuck in the middle of the dark.

Hoooooola, siento muchísimo este parón que he tenido. Espero que estéis disfrutando del verano. Un beso enooorme. 

                   " Me miro en las enormes gotas de lluvia, ya no me reconozco. Me siento desdibujado, hasta las rodillas me tiemblan de rabia. Es un tambor lo que me golpea en el pecho. Lo arrancaré y lo tiraré al suelo, ya no aguanto más el ruido que hace. "                   

La alargada sombra del amor, Mathias Malzieu.

                                              

Estamos enganchados a tantas, tantísimas cosas que no sabemos cómo hacer que eso pare. Algunas veces, somos adictos al dolor. Puede sonar estúpido, pero así es. Siempre nos pasa que nos empieza a gustar algo o alguien de una manera muy fuerte y por mucho que nos hayan advertido o que lo sepamos nosotros mismos, seguimos haciendo crecer esa semilla. Nos pasa sobre todo con personas. Sabemos que vamos a sentir un dolor inmenso si seguimos estando con esa persona, pero tenemos esa cierta esperanza de que no sea así. Nos gusta muchísimo esa sensación de estar en el pico de la montaña con el miedo de que podemos caer sin un paracaídas. Arriesgamos sin miedo. Arriesgamos mucho aun sabiendo el riesgo que corremos porque, en el fondo, estamos enganchados. Y luego llega lo que menos queremos. Desilusiones, corazones rotos, almas vacías, promesas sin cumplir y mucho dolor. Largas noches de insomnio, arrepentimiento y a veces, odio.

Pasados unos días, nos damos cuenta de que nada se ha parado. La tierra sigue girando, todo el mundo sigue haciendo su vida trabajando y esperando tener una vida mejor, los días han seguido como si nada de lo que has vivido hubiera pasado y es ahí cuando te das cuenta de que tienes que seguir tú. Tienes que secarte esas lágrimas que no han parado de juguetear por tu cara durante días, levantarte de tu rincón, coger toda esa valentía que habías guardado en un cajón y seguir adelante. Al principio cuesta mucho, pero en cuestión de poco tiempo consigues estar bien, aunque te quede esa pequeña cicatriz.

Por desgracia, esta es la única manera que tiene la vida de darnos lecciones y de hacernos ver muchas cosas que solo a base de golpes y experiencia podríamos aprender. Aun así, la vida hay que vivirla y vivir se trata de experimentar todas las emociones que un ser humano puede llegar a tener, arriesgar sabiendo que podemos llegar a perder, pero también ganar, ilusionarse, apostar en lo que nos guste y luchar por aquellas cosas que más queremos.