Reflexiona...

Como todo ser humano, nos rompemos a veces y queremos echar a perder todo lo que hemos llegado a construir. Es increíble que, la mayoría de veces por no decir siempre, las cosas que construimos con una meta y que tardamos años en hacerlo, pueden ser destruidas en cuestión de segundos incluso milésimas. Increíble, que algo tan valioso como la vida, sea tan insignificante mirando desde el universo. Increíble que los momentos que son inolvidables parecen que pasan tan rápido como parpadear.

4 de noviembre de 2015

be mine, i'll be yours.

Hoooooli mis pretty readers. ¡Cuánto tiempo! Feliz noviembre y espero que a todos os vaya muy bien.




Resulta tan extraño todo esto. Nunca sabíamos lo que de verdad pasaba, nunca nos dimos cuenta y ahora resulta que tanto tu como yo somos un completo caos. Tantas fueron las verdades que no pudimos decirnos por miedo a perdernos el uno al otro. ¿Y ahora? Ahora está todo roto. Todo lo que hemos formado está hecho en mil pedazos que no se pueden arreglar. Las cosas tan insignificantes que hemos disfrutado juntos son los mejores recuerdos que tenemos en mente. Y podemos decir que éramos felices porque créeme que lo éramos pero eso se esfumó como el la nube que descargó el agua que tenía encima.
Lo peor de todo no fue, no es ni será habernos separado. Lo peor es que nos hemos perdido nosotros mismos por intentar comprender al otro. Nos hemos completado de una manera que ahora, no sabemos como vamos a vivir. Tenemos ese vacío dentro que nadie puede llenar excepto nosotros. A lo mejor, perdernos no es tan malo. Es una manera de encontrarnos a nosotros mismos porque a veces, no sabes lo que eres o lo que tienes hasta que lo pierdes. Y ahora mismo, aunque las lágrimas se estén desgarrando de nuestros ojos con dolor, sabremos seguir hacia delante y conseguir ser felices de nuevo. Pero, amigo mío, el hueco que te hiciste en mi corazón, ese mismo que hemos dejado desierto no lo ocupará nada ni nadie excepto tú.

Yo creo que la vida se basa en eso, en que cada persona o cada cosa o cada momento lo podemos almacenar en nuestro cerebro, sí pero solo los que más nos marcan son los que se hacen hueco en nuestro corazón y sobre todo las personas, cuando ya no están queda un espacio vacío pidiendo a gritos que lo vuelvan a llenar. Y es tan preciso que no le vale cualquier cosa y suele querer lo mismo que le hizo llorar una vez. Así que puede que recaigamos y tropecemos con lo mismo por eso mismo, porque por mucho que nos hagan daño siempre queremos tener a esa persona/cosa que tanto nos gusta y que sin ella parte de nosotros no estaría.

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