[ Siempre vivimos mil aventuras en cualquier estación del año, pero en verano vivimos más.
Yo viviría mil y una historias más, pero a vuestro lado. ]
Foto de Alonso. Insta: alonsihs_photos
Siempre
han dicho que, una vez que te has marchado, sabes todo lo que te
importa. La mayoría de las veces es así, pero yo me di cuenta mucho
antes. Me di cuenta de todo lo que me han dado cuando me lo estaban
dando y qué bonito. Que bonito es saber que de donde eres, de tus
raíces desde el día que naciste, te hace sentir como cuando eras
pequeña. Con la misma ilusión, con los mismos sentimientos y te
hace sentir como si estuvieras en casa, o mejor dicho, te das cuenta
de que es tu hogar.
Son
diecisiete años yendo al mismo lugar cada verano, al pueblo, a mi
pueblo. Parece mentira como algo tan pequeño, tan insignificante
para el mundo, puede hacerme tan feliz cada año. Son diecisiete años
estando con algunas personas que permanecen a mi lado y qué bonito.
Muchas personas me han visto crecer, año tras año, verano tras
verano. Antes no me daba mucha cuenta de que esas personas son las
que dan magia a un puñado de calles con diferentes casas. Sin ellas
a lo mejor esto no hubiera sido lo mismo.
Al
igual que he cambiado yo, el pueblo y todos han cambiado. Todos hemos
crecido. Ningún verano ha sido igual. Hay personas que han sido como
un campamento, solo han durado un verano. Y hay otras que han
conseguido permanecer y ahí siguen, pese a la distancia. Pese a
tener que vernos solo cada verano y algún sábado que otro. Gracias
a esto, me he dado cuenta que la distancia no es quién hace que una
relación se rompa. Romper una buena relación tiene que ver mucho
mas con otros problemas, la distancia es solo una excusa. Dicen que
hay cosas que solo la vida te puede enseñar, ni un libro ni un
profesor ni un examen, solo la experiencia de vivir y si, llevan toda
la razón del mundo. He aprendido mucho aquí y parece mentira, pero
lo sigo haciendo a pesar de poder saberme todas las calles y todas
las personas del pueblo.
Mi
presente ahora en el pueblo es simplemente asombroso. Siempre cuesta
encontrar a las personas indicadas, a las que hacen que te sientas
cómoda siendo quien eres, a las que con algo tan simple te pueden
hacer sentir miles de cosas y yo las he encontrado. Con algunas de
esas personas llevo toda mi vida, y con otras llegaron hace pocos
años, pero parece que nos conocemos de toda la vida. Aunque si te
paras a pensar, si retrocedes en el tiempo por un momento, si te
pones a recordar tu infancia sí que nos conocíamos. No nos
conocíamos del modo que ahora lo hacemos, pero cuando nos empezamos
a juntar no éramos desconocidos. Mucha gente necesita cosas caras,
cosas que son materiales para tener un verano inolvidable. Yo no me
considero de ese modo. He tenido un verano inolvidable.
Nadie
nunca entenderá lo que es el banco del pantano con sus cartas y sus
pipas, las partidas del futbolin en el canal, el quedar en las 4
esquinas, el “salir de tranquis” y acabar bebiendo cocktails
jugando a un juego que pocos conocen. La simpleza de nuestro nombre y
lo mucho que significa para nosotros. Nuestras risas siguen haciendo
eco en esos bancos, en esos rincones que solemos ir. Nadie entenderá
las comidas con guerras de garrafas de agua, los cantes y las nuevas
canciones que solo nosotros conocemos, las conversaciones absurdas
por un grupo que se creó a lo tonto y que ahora es imprescindible
para mí. Las fotos y ver como cambiamos de año en año y lo más
importante de todo, las personas que forman ese pequeño grupo.
Es
algo que pocas personas entienden, pero con esas personas basta. Esas
personas son quien han hecho esto y cada una es muy diferente, pero
todas aportan algo que hace que el grupo sea como es y qué bonito.
Muchas gracias a todos los que han hecho que este verano haya sido
tan maravilloso y ya sabéis: “Somos lo que el verano une y el
invierno no es capaz de separar”.

Que bonito ;)
ResponderEliminarMuchas gracias!!
Eliminar